¿Qué es la leucemia? Dr. Emili Montserrat. Día Mundial de la Salud

Emili Montserrat, Catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona, Consultor Senior del Instituto de Hematología y Oncología del Hospital Clínic de Barcelona y Presidente de la European Research Initiative on CLL (ERIC)

Emili Montserrat, Catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona, Consultor Senior del Instituto de Hematología y Oncología del Hospital Clínic de Barcelona y Presidente de la European Research Initiative on CLL (ERIC)

Emili Montserrat: “La mayoría de leucemias agudas que se observan en niños tienen buen pronóstico”

«Los enfermos con leucemia debieran de saber que el mejor tratamiento que se les puede ofrecer consiste en participar en un buen estudio clínico»
«Hay muchas razones para el optimismo y para pensar que el tratamiento de las leucemias continuará mejorando»
«La medicina o es “personalizada”, es decir tiene en cuenta a la “persona” enferma, o no es medicina»

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En prácticamente tres décadas, las leucemias han dejado de tener un mal pronóstico para pasar a convertirse en enfermedades que, en una gran mayoría de casos, se pueden curar y controlar durante años.

Con motivo del Día Mundial de la Salud 2013, el Profesor Emili Montserrat, Catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona, Consultor Senior del Instituto de Hematología y Oncología del Hospital Clínic de Barcelona y Presidente de la European Research Initiative on CLL (ERIC), nos explica en qué consiste la leucemia, con qué opciones terapéuticas contamos actualmente y cuáles son los avances más esperanzadores en materia de investigación.

por HBakkali

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¿Qué es la leucemia?

La palabra leucemia significa literalmente “sangre blanca”, esto se explica porque lo primero que llamó la atención a los médicos que reconocieron la leucemia como una enfermedad o, mejor, un grupo de enfermedades, es que la sangre, habitualmente roja, adoptaba un color blanquinoso debido al acúmulo en la misma de leucocitos o glóbulos blancos. Los leucocitos son células que se producen en la médula ósea, pasan a la sangre donde ejercen muy diversas funciones y finalmente mueren. Todo este proceso está regulado por finísimos mecanismos moleculares de forma que cualquier alteración en los mismos, sobre todo las mutaciones de ciertos genes, hace que los leucocitos se alteren, funcionen anormalmente y se acumulen en el organismo. Las leucemias se dividen en agudas y crónicas, y dentro de las mismas se distinguen muchos subtipos en función del tipo de célula afecta y lesiones moleculares.

¿Qué sintomatología cursa? ¿Se trata de un cáncer que se pueda diagnosticar a tiempo?

Las formas agudas cursan con anemia, fiebre, dolores óseos, infecciones y hemorragias que, como su nombre indica, se presentan de forma súbita, en el transcurso de pocos días o semanas. Las formas crónicas se diagnostican muchas veces de forma casual, con motivo de análisis de sangre efectuados por cualquier motivo. En otros casos, el enfermo presenta fiebre, aumento de los ganglios linfáticos o del bazo, lo que hace que acuda al médico.

¿Puede ser un cáncer hereditario?

No. El hecho de que en la leucemia existan mutaciones genéticas no quiere decir que la enfermedad sea hereditaria en el sentido clásico de la expresión, es decir, que se transmita de padres a hijos. En algunos casos, sin embargo, el riesgo de que individuos de una misma familia presenten la misma forma de leucemia es estadísticamente superior que en la población general. Ello ocurre sobre todo en una forma de leucemia conocida como leucemia linfática crónica.

¿Presenta el mismo pronóstico en niños y jóvenes, que en adultos?

El pronóstico depende de muy diversos factores. Por ejemplo, la mayoría de leucemias agudas que se observan en niños tienen buen pronóstico, mientras que en aquellas que se dan en adultos el pronóstico depende del subtipo celular y las lesiones moleculares. En última instancia, el factor pronóstico más importante es que la enfermedad se pueda erradicar con el tratamiento. En el caso de las leucemias crónicas, que se observan sobre todo en adultos, el pronóstico depende, una vez más, del subtipo celular, lesiones moleculares y que la enfermedad se pueda controlar. A diferencia de lo que ocurre en las leucemias agudas, donde erradicar la enfermedad es la condición necesaria para curar al enfermo, en el caso de las leucemias crónicas los tratamientos actuales permiten en muchos casos su “cronificación” o, dicho de otra manera, la “curación funcional “ de la enfermedad.

Metástasis y leucemia, ¿qué relación existe?

La palabra metástasis indica la aparición de enfermedad cancerosa en órganos lejanos a los inicialmente afectos y, por ello, tan sólo puede aplicarse en sentido estricto a los tumores sólidos, como el cáncer de mama o el de colon, etc. Las leucemias son por definición enfermedades diseminadas que afectan muy diversos órganos como la médula ósea, los ganglios y la sangre. Sin embargo, algunas leucemias pueden afectar órganos no propiamente sanguíneos como el sistema nervioso central. Por fortuna, se trata de complicaciones poco frecuentes y que los tratamientos actuales evitan en gran medida.

¿La leucemia se puede prevenir?

No. Los tumores que pueden prevenirse son aquellos que tienen un claro componente hereditario, como son algunos cánceres de mama o de colon, o aquellos en los que las circunstancias ambientales o exógenas juegan un gran papel, como el cáncer de pulmón, ligado al tabaco, o el melanoma, vinculado a la exposición solar. Ninguna de estas circunstancias se da en las leucemias. Sin embargo, la exposición a radiaciones ionizantes, caso de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, o los desastres ocurridos en algunas plantas nucleares, como en el caso de Chernóbil, se ha visto acompañada de un mayor riesgo de padecer leucemia. Por fortuna, éstas son circunstancias excepcionales.

En la batalla contra la leucemia, ¿con qué opciones terapéuticas contamos hoy en día?

El tratamiento se adapta a las características del tumor. Una pequeña reflexión: la expresión “tratamiento adaptado a las características del tumor” me parece mucho más acertada que la de hoy tan manoseada “medicina personalizada” puesto que la medicina o es “personalizada”, es decir tiene en cuenta a la “persona” enferma, o no es medicina. En cuanto al tratamiento, éste sigue basándose mayormente en la quimioterapia, anticuerpos monoclonales y trasplante de medula ósea. Cada vez, sin embargo, cobran mayor importancia agentes que a diferencia de los anteriores, relativamente inespecíficos y que, por decirlo así, no saben distinguir entre las células “buenas” y las “malas”, actúan sobre lesiones muy concretas de las células leucémicas, como por ejemplo, determinadas mutaciones. El mejor ejemplo de ello es un agente que se llama Imatinib, y sus variantes, como tratamiento de una forma específica de leucemia, la leucemia mieloide crónica.

Desde el punto de vista de la investigación, ¿qué avances son los más prometedores?

A grandes rasgos, distinguiría tres. Primero, un mayor conocimiento de qué enfermos se benefician más de según qué tratamientos. En ello tienen un papel crucial los ensayos clínicos, de forma que los enfermos con leucemia debieran de saber que el mejor tratamiento que se les puede ofrecer consiste en participar en un buen estudio clínico. Segundo, una mejor comprensión de las lesiones genéticas ligadas a las leucemias. Tercero, el desarrollo de nuevos tratamientos, particularmente biológicos, que atacan anomalías funcionales específicas de las distintas formas de leucemia. En el plazo de treinta años las leucemias han pasado de ser invariablemente fatales, a ser enfermedades que en muchos casos, sobre todo en niños, se curan o pueden controlarse durante muchos años. Sin embargo, aunque hay muchas razones para el optimismo y para pensar que el tratamiento de las leucemias continuará mejorando, conviene ser cauto y tener en cuenta que los grandes progresos no se hacen de la noche a la mañana.

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