Cáncer de ovario. Dr. Aureli Torné

Dr. Aureli Torné Bladé, presidente electo de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia

Dr. Aureli Torné Bladé, presidente electo de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia

El cáncer de ovario se caracteriza por ser un tumor silencioso y de sintomatología inespecífica, hecho que convierte su detección en tardía empeorando el pronóstico de la enfermedad. Alrededor de un 70% de los cánceres de ovario se detectan en una fase avanzada y pese a no ser el tumor ginecológico más frecuente sí es el que mayor tasa de mortalidad presenta.

Encontrar nuevos métodos que favorezcan la detección temprana de esta neoplasia o poder contar con tratamientos más eficaces y personalizados son algunos de los retos a la hora de enfocar la enfermedad. El Dr. Aureli Torné Bladé, presidente electo de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia, y especialista en Ginecología Oncológica del Hospital Clinic de Barcelona nos explica cuáles son las características principales que definen al cáncer de ovario y cuáles son los avances que más urgen en su abordaje.

Entrevista realizada por HBakkali

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¿Cómo se manifiesta el cáncer de ovario?

El cáncer de ovario suele ser una enfermedad bastante silente, con síntomas poco expresivos, lo que condiciona un diagnóstico tardío y ya en fases avanzadas. De hecho, la mayoría de las mujeres con esta enfermedad presentan síntomas abdominales o pélvicos vagos e inespecíficos. El dolor abdominal o la distensión persistentes son los síntomas más frecuentes, aunque en otras ocasiones las pacientes también refieren aumento de la frecuencia urinaria, falta de apetito, molestias digestivas o sensación de saciedad. Solo en estadios avanzados en los que se acumula gran cantidad de líquido en el abdomen, la paciente explica un importante crecimiento del perímetro abdominal con incomodidad para moverse y dificultad respiratoria.

¿Es el cáncer de ovario el de peor pronóstico dentro de los cánceres ginecológicos?

Aunque el cáncer de ovario no es el cáncer ginecológico más frecuente es el que mayor mortalidad provoca. La principal explicación, en buena parte, estriba en el elevado número de casos con diagnóstico tardío. De hecho, si lo comparamos con otros tumores ginecológicos, la supervivencia, estadio por estadio, es similar.  En general se acepta que el cáncer de ovario es muy quimiosensible, lo que permite respuestas importantes en la mayoría de casos, incluso en estadio avanzado. Esta elevada quimiosensibilidad es especialmente evidente en algunos tipos de cáncer de ovario como los tumores germinales, en los que este tratamiento permite cirugía conservadora (conservación del ovario contralateral y útero) con una elevada tasa de curación.

¿En qué consiste la histerectomía y en qué grado puede prevenir del tumor de ovario?

La histerectomía simple consiste en extirpar el útero preservando los ovarios y las trompas. La histerectomía radical hace referencia a la extirpación del útero incluyendo los ligamentos y parte de la vagina, pero no implica la extirpación del los ovarios. Estudios clásicos sugerían que la extirpación del útero o la ligadura de trompas se asociaba a una reducción del riesgo de cáncer de ovario. Actualmente existe una teoría según la cual algunos cánceres de ovario estarían causalmente relacionados con la implantación de células descamadas del canal endocervical (tumores mucinosos), de la cavidad endometrial (endometroides) o de la luz de las trompas (serosos) en la superficie ovárica. Estas células procedentes de otros tejidos, cuya implantación se vería facilitada como consecuencia de la ovulación, tendrían mayor capacidad de transformarse en malignas.

¿Existe alguna relación entre el VPH y el cáncer de ovario?

No, el VPH es un virus que se transmite por el contacto entre piel o mucosas y es el factor etiológico principal del cáncer de cuello de útero y de un número significativo de cánceres de vagina, vulva y canal anal (tracto genital inferior) pero no está implicado en la génesis de los tumores del tracto genital superior.

¿Cómo puede afectar el cáncer de ovario a la vida sexual de la mujer?

Las implicaciones en la vida sexual pueden producirse a dos niveles, psicológico y físico. En general, cualquier cáncer del área ginecológica puede conllevar ansiedad, angustia y preocupación, lo que se traduce en una reducción de la líbido. Por otro lado, los tratamientos (cirugía radical, quimioterapia) sus secuelas o efectos secundarios (menopausia quirúrgica) pueden condicionar cambios anatómicos que interfieren con la vida sexual normal. No obstante, una gran mayoría de mujeres pasados los efectos de estos tratamientos pueden disfrutar de una vida sexual aparentemente normal.

¿En que medida haber padecido cáncer de mama aumenta el riesgo de padecer cáncer de ovario?

Sólo en aquellos casos en los que el cáncer de mama es heredo-familiar y está asociado a las mutaciones BRCA1 y 2 que también predisponen al cáncer de ovario.

El embarazo, ¿beneficia o perjudica a la detección de este tumor?

De entrada, este tumor es muy infrecuente durante la gestación, ya que se trata de un cáncer que afecta mayoritariamente a mujeres postmenopáusicas. Los tumores malignos de ovario que aparecen en mujeres jóvenes suelen corresponder a tumores germinales (en las dos primeras décadas de la vida el 70% de los tumores ováricos son de estirpe germinal y la tercera parte de estos son malignos). En el embarazo, los síntomas inespecíficos causados por el tumor pueden verse enmascarados por la propia sintomatología gestacional. Por otra parte, la realización de ecografías rutinarias durante el control gestacional permiten, a veces, el diagnóstico precoz de tumores iniciales asintomáticos.

¿Beneficia la gestación y la lactancia a la prevención de este tumor?

El embarazo en edades jóvenes y la lactancia tendrían un efecto protector, mientras una gestación tardía (a partir de los 35 años) o en especial no tener hijos o ser infértil se asocia a un mayor riesgo.

Cáncer de ovario durante el embarazo, ¿cuál sería el abordaje de la paciente? ¿qué complicaciones pueden existir?

Los infrecuentes casos de cáncer de ovario y gestación suelen corresponder a disgerminomas (el tumor germinal más frecuente) y si están localizados puede extirparse el ovario y dejar proseguir la gestación. En los casos avanzados la finalización de la gestación dependerá del momento gestacional, aunque en el segundo y tercer trimestre puede administrarse quimioterapia sin aparente perjuicio para el feto.  Cuando se trata de otros tumores más agresivos la conducta debe individualizares teniendo en cuenta el mayor beneficio para la paciente y el feto.

¿Qué pronóstico suele observarse en estos casos?

El pronóstico del cáncer de ovario durante la gestación no varía respecto a de las mujeres no gestantes. Los únicos motivos que pueden modificar el pronóstico es si a consecuencia del embarazo se realiza un diagnóstico más tardío o si no se realizan adecuadamente los tratamientos por la interferencia que puede suponer la gestación.

¿Es posible ser madre tras un cáncer de ovario?

La conservación de la fertilidad en el cáncer de ovario epitelial implica limitar la cirugía extirpando únicamente el ovario y trompa afectos y preservando el ovario y trompa contralaterales así como del útero. Esta situación solo es posible ante una enfermedad inicial (estadio I) comprobada tras una cirugía de estadificación completa que implica revisión de toda la cavidad abdominal, toma de muestras peritoneales, y extirpación de las cadenas ganglionares pélvicas y paraaórticas. En otro tipo de tumores (borderline, germinales, de los cordones sexuales-estroma) la preservación de la fertilidad es posible en la mayoría de casos.

En el abordaje de esta enfermedad, ¿qué retos quedan por conseguir?

En primer lugar, encontrar métodos útiles y aplicables para el diagnóstico precoz de la enfermedad. El diagnóstico de un mayor número de casos en estadio inicial permitiría aumentar claramente la supervivencia incluso realizando los tratamientos actualmente disponibles.  Mejorar la caracterización molecular de cada tumor con tal de conocer su comportamiento biológico y tener información pronóstica exacta que permita modular los tratamientos y seguimiento de cada paciente. Obtener nuevos tratamientos o combinaciones de tratamientos que permitan una mayor eficacia en los casos más desfavorables (tumores muy avanzados, tratamiento de la recidiva o metástasis, o de los casos resistentes). En definitiva, el tratamiento del cáncer de ovario tiene como reto común al resto de la oncología, aumentar la tasa de curación mediante la aplicación de tratamientos más eficaces y menos invasivos (más conservadores) que supongan una mayor calidad de vida de las pacientes.

Entrevista realizada por HBakkali